En nuestra sociedad cada uno
de nosotros hemos sido testigos de algún acto de agresión. Ya sea en la vida
real, en libros, series o películas en cualquier lugar al que prestemos
atención encontraremos un acto de violencia. Porque hoy en día este acto se
presenta en cada día de nuestra vida.
¿Pero en realidad que es la agresión?...
Definiciones de agresión
-
Conducta dirigida a dañar o injurias a otro ser
vivió que esta motivado a evitar tal trato. Se incluye la conducta de tener la
intención de provocar un daño, en este caso se excluyen las personas que
provocan daños sin tener intención.
-
Ataque provocado producto de la practica o del
habito de ser agresivo.
-
Conducta hostil o destructiva cuya finalidad es
provocar un daño a otro.
Este daño puede ser a nivel
físico, psicológico, sexual, patrimonial o simbólico,
y puede suponer una serie
de graves efectos sobre la salud o integridad de la víctima.
Teorías
de la agresividad
Las
teorías que han explicado la agresión han atravesado por distintos elementos.
Por ejemplo, el carácter intencional de la agresión, las consecuencias aversivas
o negativas para los involucrados, la diversidad de expresión del fenómeno, los
procesos individuales que la genera, los procesos sociales implicados, entre
muchos otros.
El determinismo biológico y teorías
instintivas
Esta
línea pone énfasis en el carácter distintivo de la agresividad. La
explicación viene principalmente dada por elementos que se entienden como
“interiores” y constitutivos de la persona. Es decir que, la causa de la
agresión se explica precisamente por lo que hay “dentro” de cada quien. Lo
anterior queda generalmente condensado bajo el término de “instinto”,
comprendido como facultad necesaria para la supervivencia de la especie, con lo
cual, la agresividad es definida en términos de proceso
adaptativo, desarrollado como consecuencia de la evolución. Según la
lectura que se hace de esto último pueden quedar pocas o nulas posibilidades de
modificar las respuestas agresivas.
Podemos
ver que esto último se corresponde con teorías cercanas tanto a la psicológica
como la biología, así como a las teorías evolucionistas, no obstante, el
término de “instinto” ha sido comprendido también de distintas formas según la
teoría que lo utiliza.
En el
caso del psicoanálisis freudiano, la agresividad como instinto, o más bien
“pulsión” (que es el equivalente al “instinto” para la psique), ha sido
comprendida como una clave en la constitución de la personalidad. Es decir, que
tiene funciones importantes en la estructuración psíquica de cada sujeto,
así como en sostener dicha estructura de una forma o de otra.
Las explicaciones ambientalistas
Esta
línea explica la agresividad como resultado del aprendizaje y varios factores
ambientales complejos. Se agrupan aquí una serie de trabajos que explican la
agresividad como consecuencia de un elemento externo que es el principal
desencadenante. Dicho de otra forma, antes de la agresión, hay otra
experiencia, relacionada con un evento ajeno a la persona: la frustración.
Esto
último es conocido como la teoría de la frustración-agresión y explica que, tal
como las teorías instintivas lo propusieron, la agresividad es un fenómeno
innato. No obstante, depende en todo momento de si la frustración se genera, o
no. A su vez la frustración es generalmente definida como la consecuencia
de no poder llevar a cabo una acción tal como ha sido anticipada, y en este
sentido, la agresividad sirve como un calmante de los niveles altos de
frustración.
El aprendizaje social
La
base de las teorías que explican la agresividad por aprendizaje social es el
conductismo. En estas, se atribuye la causa de la agresividad a aquello que ha
sido asociado ante la presencia de un estímulo determinado, así como al
refuerzo que ha venido después de la acción que sigue a dicha asociación.
En
otras palabras, la agresividad se explica bajo la clásica fórmula del
condicionamiento operante: ante un estímulo hay una respuesta (una conducta), y
ante esta última, hay una consecuencia, que según cómo se presenta puede
generar la repetición de la conducta, o bien, extinguirla. Y en este sentido,
es posible tomar en cuenta qué estímulos y qué refuerzos son los que
desencadenan cierto tipo de
comportamiento agresivo.
Quizá la más representativa de las teorías
del aprendizaje social ha sido la de Albert Bandura, quien desarrolló la “teoría del aprendizaje
vicario”, donde propone que aprendemos ciertos comportamientos con base a los
refuerzos o castigos que vemos que reciben las otras personas, después de
llevar a cabo ciertos comportamientos. La agresividad, entonces,
podría ser consecuencia de comportamientos aprendidos por imitación, y por
haber asimilado las consecuencias observadas en las conductas ajenas. Entre
otras cosas, las teorías de Bandura han permitido separar dos procesos: por un
lado, el mecanismo por medio del cual aprendemos un comportamiento agresivo; y
por otro, el proceso por el que somos capaces, o no, de ejecutarlo. Y con esto
último se hace posible comprender por qué, o bajo qué condiciones, puede
evitarse su ejecución, más allá de que ya se ha aprendido la lógica y la
función social de la agresividad.
Teoría Psicosocial
La
teoría psicosocial ha permitido poner en relación dos dimensiones de lo
humano, que pueden resultar fundamentales para comprender la agresividad. Estas
dimensiones son, por un lado, los procesos psicológicos individuales, y por el
otro, los fenómenos sociales, que lejos de actuar de manera separada,
interactúan estrechamente, y tienen como consecuencia que ocurra un
comportamiento, una actitud, una identidad específica, etcétera.
En la
misma línea, la psicología social, y en especial la de tradición socio
construccionista, ha puesto atención a un elemento clave en los estudios sobre
la agresividad: para poder determinar qué comportamiento es agresivo,
primero tienen que existir una serie de normas socioculturales que
indiquen qué es lo que se entiende como “agresión”, y qué no.
Y en
este sentido, el comportamiento agresivo es lo que transgrede la norma
sociocultural. Lo que, es más: puede entenderse como “agresivo” un
comportamiento cuando viene de una persona en concreto, y puede no entenderse
igual cuando viene de otra.
Lo
anterior permite pensar la agresión en un contexto que, al ser social, no es
neutro, sino que está sustentado en relaciones de poder y posibilidades de
agencia determinadas.
¿Agresividad o violencia?
La
agresividad ha sido traducida por muchas teorías como “comportamiento
agresivo”, lo que dicho de otra manera es la acción de agredir. Y en este
sentido, se equipará con frecuencia al concepto de “violencia”. A partir
de esto, es común encontrar que la agresividad y la violencia se presenten y
utilicen como sinónimos.
Sanmartí
(2006; 2012) nos habla de la necesidad de apuntar algunas diferencias entre
ambos fenómenos. Dicha necesidad nos lleva a distinguir entre la
participación de biología y la intencionalidad de cada proceso, así como de
contextualizarlos en el entramado de las instituciones sociales que participan
en su producción y reproducción; lo que implica reconocer el carácter tanto
humano como social. Carácter que la propia respuesta adaptativa o de defensa
(la agresividad) por sí misma no tiene.
Para
el mismo autor, la agresividad es una conducta que se presenta de manera
automática ante ciertos estímulos, y por lo mismo, se inhibe ante otros
estímulos. Y en este sentido, la agresividad puede ser comprendida como un
proceso adaptativo y defensivo, común a los seres vivos. Pero que no es lo mismo
que la violencia. La violencia es “agresividad alterada”, es decir, una forma
de agresividad que está cargada con significados socioculturales. Dichos
significados hacen que se despliegue ya no de manera automática, sino
intencional y potencialmente dañina.
Intencionalidad, violencia y emociones
Más
allá ser la respuesta biológica ante estímulos potencialmente riesgosos para la
sobrevivencia, la violencia pone en acto los significados socioculturales que
atribuimos a ciertos eventos comprendidos en términos de peligrosidad. En este
sentido podemos pensar que la violencia es un comportamiento que solo puede
tener lugar entre los seres humanos, mientras que la agresividad o la conducta
agresiva, son respuestas que pueden tener lugar también en otras especies.
En esta comprensión de la agresividad juegan un papel activo y relevante las
emociones, como el miedo, entendido también en términos innatos como un esquema
adaptativo y un mecanismo de sobrevivencia. Lo que nos lleva a considerar que
tanto el miedo como la agresividad pueden ser pensados más allá de ser “buenos”
o “malos”.
Intersecciones
de la agresividad y la violencia: ¿hay tipos de agresión?
Si es
posible mirar la agresividad desde el punto de vista de los procesos por medio
de los cuales una persona se vuelve competente para la sociedad (la
socialización), también podemos poner atención a los distintos fenómenos y
experiencias que son distintas, por ejemplo, por las diferencias de clase,
raza, género, condición socioeconómica, discapacidad, etc. En este sentido, la
experiencia que provoca frustración y desencadena una conducta agresiva, que
quizá es después violenta, puede no ser desencadenante de la misma forma en
mujeres o en hombres, en niños o en adultos, en alguien de clase alta y alguien
de clase baja, etc. Es así porque no todas las personas nos hemos socializado
en relación con los mismos recursos para vivir y manifestar tanto la
frustración como la agresividad de la misma manera. Y por la misma razón, el
abordaje es también multidimensional y es importante situarlo en el contexto
relacional donde se genera.
Influencias de la agresión
Percepción e interpretación de las conductas de otras personas. Factores
sociales y culturales: En la sociedad occidental hay una permisividad a la
agresión y a las conductas violentas. Rentabilidad de la agresión basada en las
experiencias previas
con conductas agresivas. Sexo: Los hombres
son más agresivos que las mujeres debido a factores biológicos como la
mayor producción de testosterona y a factores educacionales.
Sentimientos
negativos como la frustración, la ira, el dolor, el miedo y la irritación.
Factores del medio como el calor o
frío extremo, hacinamiento, ruido elevado,
olores desagradables. Factores internos o fisiológicos como el hambre, el deseo
sexual, el sueño, el síndrome de abstinencia a drogas.
Figuras parentales: De padres agresivos suelen surgir hijos agresivos debido a
que en la
familia se promueven las conductas agresivas en la resolución
de conflictos.
Medios de comunicación y televisión:
Las noticias contienen
gran cantidad de información violenta
y agresiva. La
televisión emite gran cantidad de imágenes violentas
que puede aumentar las conductas agresivas en los espectadores y sobre todo en
niños.
Según la OMS se define como “la violencia ejercida contra una comunidad con el objetivo de avanzar un proyecto social determinado y el uso instrumental de la violencia por gente que se identifica a sí misma como miembros de un grupo, con el fin de conseguir una serie de objetivos políticos, económicos o sociales”. Las violencia colectiva o grupal, genera diferentes tipos de subgrupos en los que se encuentran el terrorismo, las rebeliones armadas o los disturbios callejeros organizados.
La mayor parte de conductas grupales de agresión, que implican el daño físico hacia otros se pueden concebir como violencia colectiva. Las personas que se unen a este tipo de grupos de alguna manera buscan el reconocimiento, como el respeto que no se obtuvo de su familia a través de estos grupos. Este reconocimiento usualmente se gana a través de los restos propuestos del grupo, estos retos usualmente se consiguen por medio del uso de fuerza física, creando una situación donde la persona como el grupo consiguen una falsa sensación de ser invencibles.
Varias investigaciones confirman que
muchas de estas personas que integran estos grupos, son emocionalmente
inestables. La violencia colectiva se asocia intrínsecamente a la aparición de
los hechos traumáticos que afectan a colectividades. Las personas se han visto
afectadas o han sido testigos de hechos extremos que se asocian a la amenaza
vital.
Violencia y Videojuegos
En la memoria de la sociedad existe una idea preestablecida de que la violencia
en los videojuegos esta enlazada con la expresión de agresividad como los
eventos más violentos ocurridos en niños y jóvenes. Aunque existen estudios que
afirman que las actitudes son aprendidas, y otros en los que la mejor manera de
aprender algo es por medios de premios de las actitudes positivas y castigos a
las actitudes negativas, en los que los juegos destacan en premiando al jugador
por cada acto bien realizado.
Se puede llegar a creer que si el humano aprende actitudes de esta manera los juegos serian la mejor forma de aprender actitudes violentas y negativas más en aquellos juegos donde la violencia es el centro de atención como lo seria diferentes shooters en primera persona o famosos juegos tipo sandbox. La verdad es que todas estas creencias son más que mentiras, se han realizado varios estudios de la relación no solo de los videojuegos sino de diferentes medios de comunicación, y su relación con la violencia todos estos comparten los mismos datos, no existe la suficiente información relevante como para afirmar que todo niño que se pone a jugar algo violento termina adquiriendo actitudes violentas.
Esta falsa creencia se debe a dos cosas, el amarillismo en los medios de comunicación que con el fin de vender más han puesto a los videojuegos como un chivo expiatorio para todos los eventos relacionados con jóvenes y actitudes muy violentas, como a las propias revistas publicadoras de material científico, que con el afán de atraer a más personas solo publican estudios con hallazgos científicos positivos dejando el resto de lado.
Esta falta de información solo ha permitido representar un lado de la moneda en la que los videojuegos son los malos, cuando la verdad según la información científica conseguida, la relevancia entre los videojuegos y la agresión de las personas es insignificante.
Christopher Ferguson, profesor de la Universidad Steton en Estados Unidos, afirma que los videojuegos son un excelente medio en que las personas, pueden dejar toda su frustración e ira sin explotar de deliberadamente con actitudes agresivas que pueden perjudicar a quienes les rodea.
Estudios económicos publicados en
febrero de 2016, demostró que después de la venta de videojuegos existe un
declive en la violencia, aunque no se ha demostrado que pasa a largo plazo, la
información apunta que a corto plazo los videojuegos han servido como un medio
catártico para reducir la agresión.
Para evitar enfrentamientos es muy importante saber expresar nuestras opiniones desde el respeto y aceptación todos aquellos pensamientos que no coincidan con nuestro parecer, sin alterarnos ni levantando la vos.
A lo largo de nuestra historia
tanto personal como social nos encontramos rodeados de manifestaciones
agresivas, ya sea guerras, violencia de género, discusiones familiares o de
pareja.
¿Se puede evitar el
comportamiento agresivo?
Aunque pareciera que es
inevitable estar rodeados de estas situaciones, existen muchas maneras de
mantenerlas alejadas. Lo más
importante es fortalecer el autocontrol, ya que es la clave para pilotear
las emociones fueres en aquellos momentos que las detonan.
¿Qué puedo hacer? ¿Qué
alternativas podemos poner en marcha?
En esta oportunidad queremos compartir algunas recomendaciones claves que podrían ayudarte:
1.
Intenta no discutir fuertemente o Pelear
Teniendo
presente, que, a parte de la agresividad, hay otras muchas maneras de
conseguir lo que deseamos, quereos o necesitamos, sin llegar a tener
consecuencias tan desastrosas, por lo tanto, bajaremos las posibles
alternativas, elegiremos aquellas que nos convengan y la pondremos en práctica.
1. Autocontrol
Es bueno ser conscientes de aquello que sentimos, saber diferenciar y no dejarnos llevar tanto por el primer impulso que tengamos, por ello, técnicas de autocontrol, como un bien uso de la respiración o la relajación, son eficaces para evitar el comportamiento agresivo.
2. No
responder a Bromas
En
ocasiones, la interpretación que hemos realizado acerca de la persona que nos
ha hecho bromas es negativa, creemos que quería molestarnos o ridiculizarnos.
Puede ser correcta o no, pero siempre es adecuado aprender a reaccionar ante
estas situaciones. Lo más recomendable frente al humor es más humor o
ignorar con simpatía aquello que se dice. Por lo tanto, identificar la
intención de la broma, pensaremos cómo solucionarlo y encontraremos una
alternativa para evitar el comportamiento agresivo como respuesta.
1.
Convencer a los demás
Convencer
a alguien no significa obligar, sino mostrar una forma que consideramos mejor
de hacer las cosas para que ella voluntariamente decida si seguir o no nuestra
propuesta. Para ello, tenemos que enseñar al otro las cosas buenas de
aquello que le proponemos siempre desde el respeto, y abr aceptar que el otro
puede no hacerlo.
1.
Negociar
La negociación es importante
cuando dos o más partes tienen diferentes opiniones y no llegan a un acuerdo. Negociar
es llegar a un acuerdo común para las partes, no es discutir, ni pelearse;
a fin de evitar el comportamiento agresivo. Ambas partes deben de expresarse
desde el respeto, y escucharse para posteriormente llegar a un acuerdo que sea
de beneficio para los dos.
2.
Compartir y ayudar a los demás
No solo
podemos ayudar o compartir algo cuando nos lo piden, sino también podemos
hacerlo cuando nos damos cuenta de que alguien necesita ayuda o porque
simplemente nos sentimos con predisposición a ello.
Ambas
cosas presentan numerosos beneficios, nos harán sentir mejor tanto a nosotros
como a los demás, mejoraremos nuestras relaciones interpersonales y seguramente
obtendremos ayuda cuando la necesitemos.
El aprendizaje social
se basa en una teoría desarrollada por el psicólogo Albert Bandura que propone
que el aprendizaje es un proceso cognitivo que tiene lugar en un contexto
social y ocurre a través de la observación o la instrucción directa, incluso en
ausencia de reproducción motora o esfuerzo directo.
Reforma de una conducta Violenta
Estados unidos siendo uno de los países potenciales
presenta disminución de actos agresivos violentos como:
·
Linchamientos
·
Violaciones
·
Castigo
corporal y
·
Actitudes
e intimidación contra las personas homosexuales
Indicando que esto solo ha sido posible a través de las
instituciones de civilización e ilustración, comercio económico, educación,
vigilancia policiaca del gobierno y justicia, que lo han vuelto posible
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