miércoles, 26 de mayo de 2021

PREJUICIOS

Prejuicios de estatus social

 El prejuicio, se refiere a esa tendencia perniciosa de los seres humanos de prejuzgar, de forma negativa, a un grupo de personas o a los miembros de ese grupo, por su forma de vestir, hablar, pensar o actuar. Cuando se actúa sobre el prejuicio, se discrimina y se ofende, deteriorando así el bienestar humano.

El racismo, el sexismo, la homofobia, la discriminación por edad o por religión son prejuicios comunes en nuestra cultura.

Otro prejuicio es el clasismo, la actitud discriminatoria que defiende y mantiene las diferencias entre las clases sociales. Este prejuicio se evidencia en las declaraciones o creencias de las personas cuando se expresan en términos despectivos sobre las que tienen más dinero, poder, o posición social, o cuando lo hacen, por el contrario, con disgusto por las que no lo tienen.

Muy frecuentemente, estos estereotipos van de la mano con conductas discriminatorias, lo que pone a los miembros del grupo en situación de desventaja, al ser tratados injustamente por el simple hecho de pertenecer a él.

¿Pero por qué somos así? Según los estudios en el campo de la psicología del prejuicio, nacemos con una tendencia natural de clasificar la información que percibimos en categorías mentales, para facilitar nuestro entendimiento del mundo.

El problema con categorizar rígidamente a las personas en “ellos” y “nosotros”, es que tendemos a minimizar las diferencias entre las personas de nuestro propio grupo, y a exagerar las diferencias entre los grupos sociales distintos, lo cual distorsiona nuestras percepciones de la realidad.

También somos prejuzgados porque nos acomodamos a las normas sociales de nuestro grupo, buscando un sentido de pertenencia, autoestima e identidad; si el grupo al que pertenecemos es prejuzgado, las personas que lo conformamos adoptamos las creencias y conductas prejuzgadas del grupo, y luego nos resistimos a cambiar de parecer.

Las personas con más baja autoestima son las que tienen más predisposición de expresar prejuicios. Juzgamos sin saber porque tenemos poco contacto con personas que no pertenecen a nuestro grupo social.

 Las actitudes negativas hacia otros grupos sociales tienen múltiples consecuencias en la vida de las personas, tanto de las víctimas como de los victimarios. Una de las principales consecuencias es la discriminación anteriormente mencionada.

Para las personas discriminadas, actitudes de este tipo generan exclusión y aumentan las brechas sociales de los grupos humanos. Las personas discriminadas por ejemplo suelen tener menos acceso a servicios sociales, oportunidades educativas o de promoción profesional. 

En cuanto a los sujetos que tienen los prejuicios, influyen en la manera de percibir la realidad, en la forma de aprender, en el tipo información que se retiene, etc. Todo ello tiene como consecuencia una limitación en las relaciones sociales, crean una cerrazón hacia determinados conocimientos de las características del grupo discriminados, generan actitudes de rechazo hacia las personas que integran los grupos discriminados; los prejuicios pueden incluso llegar a generar violencia hacia a las personas pertenecientes a un grupo, y a su vez encuentros violentos entre grupos.

Además de la discriminación de otros grupos y personas, los estereotipos y los prejuicios pueden tener otras consecuencias más o menos graves en nuestra vida cotidiana:

-        La evitación; evitar al grupo o a la persona, no hablarle, no querer verlo/a.

-        El abuso verbal o insulto: hablar negativamente del grupo y al grupo o la persona que identificamos con el grupo.

-        El empleo de la violencia.

-        El acoso: anular la personalidad de una persona mediante el insulto y la violencia de grupo.


Prejuicios de género


Los estereotipos sociales de género aluden a un conjunto estructurado de creencias y expectativas compartidas, dentro de una sociedad, acerca de las características que poseen (componente descriptivo) y deben poseer (componente prescriptivo) las mujeres y los hombres como grupos, sexual y genéricamente, diferentes.

Las creencias y expectativas que conforman los estereotipos sociales de género incluyen: rasgos de personalidad (subordinación/dominio), roles (cuidadora/sustentador económico de la familia), profesiones (secretaria/empresario), mandatos (subordinarse a las necesidades y expectativas de los hombres/demostrar siempre potencia y creer que su cuerpo es una máquina invencible), exigencias sociales (silenciar la propia fortaleza e inteligencia/ocultar las debilidades) (8). En resumen, la feminidad se identifica con subordinación, entrega, pasividad y seducción, mientras que la masculinidad presupone poder, propiedad y potencia.

En cualquier caso, el género no puede verse únicamente como una simple estructura binaria y heteronormativa; sino que se compone de estructuras sociales mutables y flexibles, que cambian y se regeneran constantemente marcando lugares diferenciados para las mujeres y para los hombres.


Estereotipos de género y salud

Los estereotipos pueden observarse en todos los ámbitos y actividades de la sociedad e influyen en las expectativas que mantienen los profesionales de la salud, dando lugar a los sesgos de género en la atención sanitaria. Así, el estereotipo de que las mujeres se quejan demasiado, porque son más débiles y a lo mejor no estén realmente enfermas, procede del modelo tradicional de género. Los estereotipos mediatizan las distintas formas que tienen los pacientes de consultar los servicios sanitarios: según este modelo tradicional, las mujeres tienden a acudir más veces y antes a los servicios generales y también manifiestan más quejas psicosociales. Por su parte, los hombres acuden con más frecuencia a urgencias o a los servicios hospitalarios y les cuesta mucho más verbalizar sus quejas. Este modelo también incide en el estado de salud y en las formas de enfermar. 

Por otra parte, la incorporación de las mujeres a la educación, al trabajo formal y al espacio público ha dado paso al modelo de género en transición. Este nuevo modelo, aún en evolución, ha modificado las relaciones sociales, pero en el espacio de la intimidad las personas todavía conservan valores tradicionales. El modelo de género en transición, y el consiguiente cambio en las relaciones de poder-subordinación, ha comportado para las mujeres y los hombres diferentes procesos protectores ante la enfermedad. 

La autonomía, la independencia, el nivel cultural y la participación en la vida pública serian factores de protección para la salud de las mujeres; mientras que para los hombres lo serían liberarse de la carga de mantener el poder y la potencia, y acceder a la sensibilidad y a la afectividad, antes vedadas. Al mismo tiempo, este modelo presupone una vulnerabilidad diferenciada para las mujeres, que se atribuye a la acumulación de roles antiguos y nuevos, acumulación que da como resultado la doble jornada laboral con carga monoparental en soledad o también conocida como jornada interminable. La sobrecarga resultante es mucho más grave cuando los recursos económicos son escasos, hasta el punto de que se reconoce como el primer proceso psicosocial determinante de salud en las mujeres. En cambio, para los hombres se mantienen los conflictos de pareja como primer proceso psicosocial asociado a la enfermedad.

 


FUENTES DE MOTIVACIÓN Y COGNITIVAS DEL PREJUICIO

¿Cuáles son las fuentes motivacionales de los prejuicios?
Frustración y agresión:

En 1939, el Grupo de Yale (Dollard y colbs.) publicó un libro titulado "Frustración y agresión" en el que se rechazan los conceptos instinto de Muerte e instinto innato. Desde unos planteamientos empíricos, su modelo de agresión supone. Que una persona está motivada a actuar agresivamente cuando está “Frustrada”. Según esta teoría, la frustración siempre conduce a la agresión, y la Agresión es siempre consecuencia de la frustración.

Teoría de identidad social: La identidad es lo que permite que alguien se reconozca a sí mismo. En consecuencia, la identidad personal es todo aquello que nos define como individuos. Tenemos conciencia de la identidad porque tenemos memoria, sin ella sería imposible nuestro propio reconocimiento. De hecho, cuando alguien pierde la memoria pierde el elemento esencial de sí mismo. 

Motivos para evitar los prejuicios:

Como hemos visto, los prejuicios están muy presentes en la sociedad en la que vivimos y se dan por muy variados motivos. Algunas recomendaciones para evitarlos, ya que son un impedimento a la hora de relacionarnos con otras personas con total normalidad

  1. Tener una mentalidad más abierta.
  2. Tomarte el tiempo necesario para conocer a una persona antes de juzgarla o valorarla.
  3. Si tienes dudas respecto a algo relacionado con esa persona, pregúntale en vez de dar por hecho algo que tú has supuesto.
  4. Hablar las cosas de manera clara, evitando palabras o expresiones “destructivas”.
  5. Ser consecuente y no juzgar a las personas sin motivos contundentes, igual que no te gustaría que otra persona lo hiciese contigo.
  6. Tener una mentalidad de igualdad. Nadie es mejor que nadie por el mero hecho de ser diferentes. 

¿Cuáles son las fuentes cognoscitivas de los prejuicios?

-        Categorización: Clasificación de la gente en grupos.

-        Distinción: Percepción de la gente que destaca.

-        Atribución: ¿Es un mundo justo?

El prejuicio contra las personas LGBT

¿Qué significa “LGBTQ”?

En años recientes las iníciales, LGBT se han utilizado para denominar de forma inclusiva a todos los individuos y a las comunidades que se identifican como lesbianas, gay, bisexuales o transgénero o aquellos/as personas que tienen dudas acerca su sexualidad y/o identidad de género. No existe una forma única de ordenar las letras GLBT, por ejemplo: algunas personas agregan letras adicionales, incluyendo, la letra “I” de intersexo, antes conocido como hermafrodismo, “Q” de querer “raro” en inglés o de questioning, y “A” de aliados que no son LGBT pero que los/las apoyan (LGBTQIA).

Un país justo es uno donde todos gozan de los mismos derechos. Pero la promesa de igualdad que hace la Constitución Política no se cumple para las personas de la diversidad sexual y de género, entre otros grupos. En la práctica, el Estado no cuenta con mecanismos para garantizar acceso a la salud, educación, vivienda y empleo para personas lesbianas, gays, bisexuales y trans (LGBT).

A pesar de ser víctimas recurrentes de discriminación y violencia por motivo de su orientación e identidad, las autoridades han sido incapaces de atender la necesidad de reducir la impunidad en crímenes contra este sector de la población. Esto repercute en que las propias víctimas que son parte de la comunidad LGBT temen denunciar y auto identificarse ante las autoridades. Temen que sus casos sean desestimados, o que tanto la sociedad como los agentes a cargo de las investigaciones les estigmaticen o responsabilicen. Los jueces y fiscales, a su vez, eluden la obligación que tienen de conocer y acompañar estos casos porque supone un alto costo y un grado de sensibilidad que muchos no tienen.


Está claro que la sociedad en su mayoría no conoce y por tanto rechaza a las personas de la diversidad sexual y de género, y que parte del cambio pasa por un proceso de aprendizaje social, donde comenzamos a valorar la diferencia y a respetar la igualdad de derechos de manera irrestricta.
Parte de eso implica que las familias y comunidades dejen de excluir y rechazar a sus miembros que toman la decisión, valiente y sana de reconocer y asumir su identidad.


No más LGBT fobia

Es por ello que el 17 de mayo se celebra el Día Mundial contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia. Y aunque nuestro país sigue rezagado en el reconocimiento de los derechos de las personas LGBT, es importante comprender esta situación a la luz de procesos de cambio importantes que están ocurriendo debajo de la superficie.
Caminar hacia la igualdad debería ser una prioridad en un contexto en que el país está viviendo una transformación política y un proceso de fortalecimiento de la justicia. La población joven del país también está creciendo, y seguirá haciéndolo hasta el año 2050, y con mayor acceso a noticias y expresiones artísticas del resto del mundo, es posible que los jóvenes acepten más a quien desea reconocerse como parte de la comunidad LGBT y celebrar su diversidad.
Estas fuerzas de cambio nos dan optimismo a muchos que hemos decidido construir un país más justo y democrático. Pero necesitamos el apoyo de muchas más personas. Empecemos a ser todas voces más fuertes a favor de la igualdad y a construir un país para todos.

Consecuencias del prejuicio

Hay gran variedad de prejuicios que existen en las sociedades de todo el mundo, así como consecuencias y comportamientos influenciados por esos prejuicios. Los prejuicios afectan a la vida cotidiana de millones de personas en todo el mundo .Es importante destacar que los prejuicios influyen en gran medida en lo que las personas esperan del futuro. Algunas personas que actúan según sus prejuicios lo hacen con violencia, delincuencia, generando gastos para lo sociedad, como el coste de juicios y servicios sociales prestados a víctimas.

Cuando los prejuicios no se reconocen ni confrontan, pueden afectar negativamente no sólo a la vida de las victimas sino también a la de quienes tienen el prejuicio, y en definitiva a la sociedad.

Dado que los prejuicios están presentes en todas las sociedades de una manera compleja, como mínimo, siempre tendrán una serie de consecuencias, aunque sea de forma sutil. Por ejemplo, cuando las personas son muy conscientes de los prejuicios que otros tienen hacia ellos, el prejuicio tiene un efecto auto cumplido. Esto significa que las personas se comportan cómo los otros esperan que se comporten. Del mismo modo, las personas que tienen un prejuicio tratan a los demás de manera diferente en función de cómo espera que los demás se comporten o cómo quiere que los demás se comporten.

Estas expectativas de comportamiento a menudo se basan en estereotipos. Los estereotipos son prejuicios excesivamente simplificados relacionados con características físicas o de comportamiento, generalmente exageradas, que supuestamente se aplican a cada miembro de ese grupo.

Además, las personas se comportan de forma diferente cuando interactúan con unos u otros, en función de si esperan hostilidad o no de los demás. Estudios han mostrado que una persona que es víctima de estereotipos mantenidos por otros puede terminar comportándose como el estereotipo. En términos más generales, es probable que una persona se comporte como la otra persona espera que se comporte. Todos estos comportamientos significan que los prejuicios afectan a las interacciones cotidianas que se producen en una sociedad.

Consecuencias de los prejuicios de la sociedad

Los prejuicios de unas personas afectan a otras personas que son objeto de ellos y condicionan su vida. Los prejuicios sociales determinan que piensan aquellos que sufren los prejuicios sobre el mundo, las personas que les rodean, cómo se sienten sobre sí mismos, es decir, la vida en general. Los prejuicios pueden tener consecuencias individuales y sociales:

-        Bajo rendimiento

Las personas que están expuestas a estereotipos tienden a guiar su conducta en base a ellos afectando a su rendimiento. 

-        Problemas de salud física

No debe sorprendernos que la discriminación sea estresante para quienes la experimentan. Los médicos ya saben que el estrés aumenta el riesgo de ataques cardíacos, accidentes cerebro vascular, cáncer, diabetes y una serie de otros problemas médicos y de salud durante toda la vida. 

-        Problemas de salud mental

La discriminación es intrínsecamente estresante y el estrés aumenta el riesgo de una persona de desarrollar depresión, ansiedad y problemas de salud mental similares. Las tasas de ansiedad son significativamente más altas entre las mujeres que entre los hombres, y las mujeres tienen más del doble de probabilidades que los hombres de desarrollar estrés postraumático.

-        Consumo de drogas

La discriminación puede ser un factor que incrementa la probabilidad de consumo de drogas.

-        Auto sabotaje

Cuando las personas dudan de su capacidad para realizar un buen desempeño, pueden desarrollar explicaciones que no dañen su autoestima para explicar el bajo rendimiento. Un mecanismo común es el auto sabotaje.

LOS PREJUICIOS Y ESTEREOTIPOS LOS PREJUICIOS Y ESTEREOTIPOSCONDICIONAN CONDICIONAN CONDICIONANLA CONVIVENCIA SOCIAL LA CONVIVENCIA SOCIAL LA CONVIVENCIA SOCIAL 

Los prejuicios y los estereotipos pueden influir de manera negativa en las relaciones entre grupos sociales y dificultar su convivencia. Los prejuicios y los estereotipos son la base d la base de actitudes discriminatorias y pueden tener graves consecuencias en la convivencia hasta convertirse en un absurdo móvil para emplear la violencia y la agresión hacia otros seres humanos. El estereotipo y el prejuicio, como una predisposición personal, se traducen en comportamientos negativos hacia una persona o grupo de personas. Dichos comportamientos (reales y observables) son llamados discriminación. La discriminación supone maltratar o limitar posibilidades a personas, por tener características especiales que definen su pertenencia a un grupo. La discriminación refuerza el prejuicio. Asimismo, el prejuicio suele crear y sustentar la discriminación. 

Las actitudes negativas hacia otros grupos sociales, tienen múltiples consecuencias en la vida de las personas, tanto de las víctimas como de los victimarios. Una de las principales consecuencias es la discriminación anteriormente mencionada. Las personas discriminadas por ejemplo suelen tener menos acceso a servicios sociales, oportunidades educativas o de promoción profesional. Esta ha sido la situación, por ejemplo, de muchas mujeres, y continúa siendo un problema en culturas tradicionales. 

Desde el punto de vista moral son una injusticia hacia las personas y grupos víctimas del prejuicio pues se basan, como sabemos, en conocimientos insuficientes. En cuanto a los sujetos que tienen los prejuicios, influyen en la manera de percibir la realidad, en la forma de aprender, en el tipo información que se retiene, etc. Todo ello tiene como consecuencia una limitación en las relaciones sociales, crean una cerrazón hacia determinados conocimientos de las características del grupo discriminados, generan actitudes de rechazo hacia las personas que integran los grupos discriminados; los prejuicios pueden incluso llegar a generar violencia hacia a las personas pertenecientes a un grupo, y a su vez encuentros violentos entre grupos. 

Las personas con menos prejuicios tienen más facilidad para relacionarse con personas distintas y tener vínculos “más sanos” con otros/as, ya que esto permite tener buenas relaciones independientemente de las características de los demás, favoreciendo un disfrute mayor de las diferencias en términos de creencias y valores, incluso en relación con temas difíciles como la religión o la política.

¿Cómo superar un prejuicio?

Cuando logramos establecer una comunicación con otros sin prejuicios, abrimos un canal para una escucha activa por parte de la otra persona, pero, sobre todo, nos predisponemos a una mejor escucha de nuestra parte. Si los prejuicios se pueden aprender, también se pueden desaprender.

PREJUICIO RACIONAL

El prejuicio racial, históricamente vinculado a las desigualdades de poder, que tiende a agudizarse a causa de las diferencias económicas y sociales entre los individuos y los grupos humanos y a justificar, todavía hoy, esas desigualdades, está solamente desprovisto de fundamento.

¿Cómo aprenden los prejuicios raciales los niños?

Los niños aprenden sobre las diferencias y los prejuicios raciales desde una edad temprana y aprenden de sus primeros maestros, sus padres, a lidiar con estas diferencias y reaccionar ante ellas.

El proceso de aprendizaje de los prejuicios raciales no se diferencia mucho del proceso de aprendizaje de un idioma nuevo (por ejemplo, un niño criado bilingüe en comparación con un niño que comienza a aprender inglés en la escuela preparatoria). La biología determina un período de aprendizaje temprano crítico y otro período posterior en el que el aprendizaje es mucho más difícil.

Cómo los padres pueden afrontar sus propios prejuicios raciales

Los padres deben afrontar primero sus propios prejuicios para que su ejemplo sea coherente con los mensajes de tolerancia racial y étnica.

  • Sea un buen ejemplo. Identifique y corrija sus propios pensamientos, sentimientos y acciones racialmente discriminatorios. Si quiere que sus hijos crean lo que usted predica, también debe demostrar esas conductas. Sus comentarios y acciones diarias dicen más que cualquier otra cosa.
  • Tenga una red social amplia y culturalmente diversa. Aconséjeles a sus hijos tener también círculos de amigos variados. Esto les permite participar en actividades y experiencias multiculturales.
  • Viaje y exponga a sus hijos a otras comunidades. Esto puede ayudarlos a comprender que hay diversidad en el mundo que quizá no esté representada en la comunidad en la que vive.
  • Participe en la escuela de su hijo, su lugar de culto y en la política. Los padres que se involucran de esta manera pueden abogar mejor por un trato justo hacia los grupos racialmente marginados y crear conciencia sobre los problemas raciales en otros grupos.

PREJUICIO DE RELIGION

La discriminación por religión consiste en tratar a una persona (empleado o solicitante de empleo) de manera no favorable por sus creencias religiosas. La ley protege no solo a las personas que pertenecen a religiones tradicionales y organizadas, como el budismo, el cristianismo, el hinduismo, el islamismo y el judaísmo, sino también a otras personas que tienen sinceras creencias religiosas, éticas o morales.

La discriminación por religión también puede hacer referencia a tratar a una persona de manera diferente por estar casada (o asociada) con una persona de una religión en particular o por su relación con una organización o grupo religioso.

Discriminación por religión y situaciones laborales

La ley prohíbe la discriminación cuando se trata de cualquier aspecto del empleo, como la contratación, el despido, la remuneración, las asignaciones laborales, los ascensos, el despido temporal, la capacitación, los beneficios complementarios y cualquier otro término o condición de empleo.

Discriminación por religión y acoso

¿Es ilegal acosar a una persona por su religión?

El acoso puede incluir, por ejemplo, comentarios ofensivos sobre las prácticas o creencias religiosas de una persona. Si bien la ley no prohíbe las bromas simples, los comentarios displicentes ni los incidentes esporádicos que no son muy graves, el acoso es ilegal en los casos en los que es tan frecuente o grave que genera un ambiente laboral hostil u ofensivo, o cuando da lugar a una decisión laboral negativa.






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